Jacques Rogge, Presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), visitó el jueves 16 de julio de 2009 la sede de la FIFA en Zúrich. Allí firmó, con el Presidente Joseph S. Blatter, un acuerdo que pretende establecer una cooperación eficaz entre la FIFA y el COI/EOC (European Olympic Committee) en torno a las cuestiones europeas.
Este belga de 67 años, presidente del COI desde 2001, participó en tres Juegos Olímpicos participando en la competición de vela (1968, 1972 y 1976) y fue internacional de rugby. Pero en su juventud también jugó mucho al fútbol, del que es un ferviente defensor. Después de rubricar el convenio, concedió a FIFA.com una entrevista exclusiva en la que explica la noción de la especificidad del deporte y la importancia de la colaboración entre el COI y la FIFA, sin dejar de mencionar sus recuerdos de futbolista amateur.
Señor Rogge, usted participó en tres Juegos Olímpicos en vela y fue internacional de rugby, pero su interés por el fútbol es menos conocido...
Como cualquier joven de cualquier lugar del mundo, empecé a jugar al fútbol en la calle, como se hacía por aquel entonces. Luego jugué en el instituto, aunque era un poco particular, porque en el patio había paredes, así que jugábamos con rebotes, como en el billar, ¡un concepto interesante! Más tarde pasé al equipo de la Universidad de Gante, donde ocupaba el puesto de lateral derecho. Hay un detalle divertido, el lateral izquierdo del equipo no era otro que Michel d'Hooghe, actual Presidente de la Comisión de Medicina de la FIFA y miembro del Comité Ejecutivo... Después, me dediqué a la vela y al rugby, ¡y ahora sólo juego al fútbol en el jardín, con mis nietos!
¿Y cuál es su mejor recuerdo del fútbol?
Me acuerdo de México 1986. Bélgica fue cuarta de la Copa Mundial de la FIFA, algo que a pesar de todo es bastante excepcional, si tenemos en cuenta que somos un pequeño país de 10 millones de habitantes. En 1980 también habíamos alcanzado la final de la Eurocopa. Por desgracia, la selección nacional ya no tiene ese nivel. Pero el fútbol es cuestión de ciclos, se puede atravesar una mala etapa durante cinco o diez años y luego volver a estar arriba. De todas formas, sigue siendo con gran diferencia el deporte más popular de Bélgica.
En lo que respecta a la "especificidad del deporte", el COI lidera este asunto desde hace ya varios años. Pero, ¿puede explicarnos por qué cree que el deporte debe beneficiarse de un estatuto específico?
Contrariamente a lo que opinan muchos políticos, el deporte no es sólo una actividad económica. Genera mucho dinero, pero su objetivo no es ése. Su finalidad es social, consiste en aportar salud y educación a los jóvenes. Ahora bien, esa función social únicamente puede defenderse en el marco de una especificidad, de lo contrario nos toparíamos con las leyes generales del libre mercado: libre circulación de los bienes, de los servicios y de los flujos financieros. Necesitamos medios financieros para sostener la base, pero eso no debe ser una finalidad. Es solamente un medio.
¿Qué espera usted del artículo 165 del Tratado de Lisboa, que abre la puerta precisamente a la autonomía del deporte?
Es un artículo muy importante. La inclusión de ese artículo en el Tratado de Lisboa representa ya la culminación de una larga lucha llevada a cabo por todo el mundo del deporte, en conjunto: COI, federaciones internacionales, comités olímpicos nacionales. Recuerdo especialmente haber tenido una reunión con el Presidente Blatter en el número 10 de Downing Street, en la que queríamos convencer al entonces Primer Ministro inglés, Tony Blair, del aspecto específico del deporte. Para plantear la noción de la especificidad del deporte, primero debíamos disponer de una base legal para que el deporte estuviese en los Tratados, que antes no existía. Pero ahora necesitamos que se ratifique este Tratado.
Hace dos años, en una entrevista en Le Monde, usted declaró, en resumen, ser partidario de la libertad de movimiento de los trabajadores, aunque no sin ningún límite. ¿Puede explicárnoslo?
Existe una especificidad identitaria y social del deporte. Si un club está repleto de jugadores o atletas extranjeros, surge el riesgo de que se termine la incorporación de jóvenes locales. Porque, si los jóvenes saben que no tienen ninguna oportunidad de tener un puesto en el equipo, se sentirán menos inclinados a practicar el deporte. Por lo tanto, debemos garantizar que los jugadores formados en un club puedan también tener eventualmente un puesto en el equipo de ese club.
En estos momentos se están produciendo debates acerca de los torneos olímpicos de fútbol. ¿Cómo ve usted, desde su posición, el lugar del fútbol en los Juegos Olímpicos?
El fútbol ocupa un lugar muy importante en los Juegos Olímpicos, es muy popular. Consideramos que el valor de los equipos debe ser el más elevado posible. Estamos satisfechos con el sistema actual -jugadores de menos de 23 años y tres de mayor edad-, que ha demostrado ser válido. Por tanto, esperamos que sea modificado lo menos posible.
¿Considera que funciona la colaboración entre la FIFA y el COI?
Mantenemos una colaboración muy estrecha con la FIFA en numerosos ámbitos, ya sea en el plano puramente deportivo o en lo concerniente a las relaciones del deporte y la política. El COI y la FIFA trabajan mucho conjuntamente sobre la noción de la autonomía del deporte, en la protección de las federaciones nacionales, de los comités olímpicos y de las federaciones internacionales, contra cualquier injerencia gubernamental o estatal incompatible con nuestros valores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario